El chico bueno es aquel hombre que pone las necesidades de los demás por encima de las suyas y no consigue lo que quiere de la vida, de las relaciones y del sexo y vive por debajo de su potencial.
Algunos de los síntomas y consecuencias de ser un chico bueno: Dependencia emocional, necesidad de aprobación, dificultad para decir que no y establecer límites, miedo al rechazo, evitar confrontaciones y el conflicto, salvar, rescatar y complacer, reprimir sus emociones y no mostrarse auténticamente. No creerse lo suficientemente bueno. Sentirse pequeño y desconectado de su propia fuerza y poder.